El vídeo Fritz - saliendo de Tortuero recorre las caminatas de nuestro perro por el campo siguiéndole con la cámara. Mi voz en off cuenta la historia de su aparición en el pueblo, de la llegada a la ciudad y de la relación establecida a lo largo del tiempo de nuestra convivencia.
Por alguna razón nunca había establecido una relación tan profunda con otro animal como con nuestro perro Fritz. Su historia está conectada con los recuerdos a animales desde mi infancia, mi juventud hasta el presente.
Desde la retrospectiva está claro: Fritz me ha cambiado. Y me ha cambiado mirando al mundo animal, al mundo animado, al mundo no-humano e incluso al mundo humano. Gracias a Fritz.
fotograma del vídeo Fritz saliendo de Tortuero
Nuestro perro se llama Fritz. Un día hace ya dos años apareció
en el pueblo, todavía un cachorro de más o menos un año. Se acercó a todo el mundo para saludar aunque siempre en una actitud sumisa y asustada.
Tenía una mirada especial. Estaba perdido o abandonado y estaba claro que buscaba un amo. Estaba muy delgado y la gente del pueble le daban comida. Pero nadie quería tenerle.
Nosotras tampoco y aun menos pensando que pronto teníamos que volver a la ciudad.
Pero ya a finales de octubre empezó el frío y la lluvia. Dormía mal todo la noche pensando en el pobre animal allí solo afuera. La noche siguiente le dejábamos dormir en la entrada de nuestra casa. Pero allí ensució todo y rasgó la puerta. Entonces decidimos dejarle entrar en el salón. Fue la solución y nunca más hubo problemas.
fotograma del vídeo Fritz saliendo de Tortuero
Empecé a ver la ciudad con sus ojos: Los ruidos, el tráfico, los olores, muchísima gente, perros de todo tipo, atados, por el parque. Todo podía asustar y amenazar. Fue una experiencia nueva, también para nosotras. Teníamos la suerte de que estaba educado ya para estar en casa. Nunca ensució o tocó nada en casa, ni la comida abierta en la cocina. Andaba extremadamente cuidadoso por las habitaciones. Y nunca ladró. Por mucho tiempo no supimos como era su voz.
Cada mañana al despertar te hace una fiesta de alegría. Igualmente cuando vuelves a casa. Siempre se alegra al verte y dejarse acariciar. Está agradecido por todo y parece que nunca tiene mal humor.
Tiene una sensibilidad a flor de piel y expresa todas sus emociones en el mismo momento. Sus reacciones son directas, instintivas y totalmente subjetivas. No es nada rencoroso. Y su lealtad no tiene límites.
Nunca sospeché que pudiera relacionarme con un animal de una manera tan emocional y profunda. Es un amor
incondicional. Un amor animal.
FRITZ - un cortometraje
2016 / 1:20 min. / 4:3
FRITZ - un cortometraje, 2016
„Es el camino que vale más llamar sendero, vereda, vericueto, trocha o camino de sirga, el camino recibido por el hombre y sólo ensanchado, cuando se puede, allanado a fuerza de ser recorrido. El camino que se abre por un accidente del suelo y siempre por el recorrido de algún animal.
(...)
El de la sabiduría secreta de la bestia, que corresponde a su saber y a sus posibilidades corporales, a su poderosa levedad, a la finura de sus sentidos, de sus pezuñas, y que pone de relieve su calidad de habitantes propios de la tierra; como si ellas, las bestias, fuesen sus habitantes, sus dueños, mientras que el hombre, llegado después, siempre después, es sólo su residente y, por fin, su extraño huésped dominador. Como si el hombre hubiera llegado, desvalido invasor, un día, para desplegar en seguida su ineluctable necesidad, elevada a voluntad de imperio.“
(cit.: María Zambrano, Notas de un método, Editorial Tecnos, 2011)
fotograma del vídeo Fritz saliendo de Tortuero
Mientras tanto Fritz vivía con nosotras y nos acompañaba en los paseos. Se acercaba el día en que teníamos que volver a Madrid. Todavía me recuerdo perfectamente: Llegamos por la noche a Madrid. Ya entrando en la ciudad se irritó por las miles de luces. Justo en el momento cuando bajó del coche hubo un estrépito enorme – alguien había bajado la persiana metálica de un escaparate justo a nuestro lado.
Como en el pueblo, quería seguir su costumbre de saludar a todo el mundo – algo ridículo en pleno centro de Madrid con tanta gente. Nuestra llegada coincidió justo con una huelga de limpieza – todo lleno de basura. Todo olió y había que investigarlo.